Permeabilidad es la propiedad
que tiene el suelo de transmitir el agua y el aire
y es una de las cualidades más importantes que han de considerarse para la
piscicultura. Un estanque construido en suelo impermeable perderá poca agua por
filtración.
Mientras más permeable sea el suelo, mayor será la
filtración. Algunos suelos son tan permeables y la filtración tan intensa que
para construir en ellos cualquier tipo de estanque es preciso aplicar técnicas
de construcción especiales. En un volumen
de esta colección que aparecerá próximamente se ofrecerá información sobre
dichas técnicas.
¿Qué factores afectan a la permeabilidad del suelo?
Muchos factores afectan a la permeabilidad del suelo.
En ocasiones, se trata de factores en extremo localizados, como fisuras y
cárcavas, y es difícil hallar valores
representativos de la permeabilidad a partir de mediciones reales. Un estudio
serio de los perfiles de suelo proporciona una indispensable comprobación de
dichas mediciones. Las observaciones sobre la textura del suelo, su estructura,
consistencia, color y manchas de color, la disposición por capas, los poros
visibles y la profundidad de las capas impermeables como la roca madre y la capa
de arcilla, constituyen la base para decidir si es probable que las
mediciones de la permeabilidad sean representativas.
El suelo está constituido por varios horizontes, y
que, generalmente, cada uno de ellos tiene propiedades físicas y químicas
diferentes. Para determinar la permeabilidad del suelo en su totalidad, se debe
estudiar cada horizonte por separado.
La permeabilidad del suelo se relaciona con su textura
y estructura
El tamaño de los poros del suelo reviste gran
importancia con respecto a la tasa de filtración (movimiento del agua
hacia dentro del suelo) y a la tasa de percolación (movimiento del agua
a través del suelo). El tamaño y el número de los poros guardan estrecha
relación con la textura y la estructura del suelo y también influyen en su
permeabilidad.
Variación de la permeabilidad según la textura del
suelo
Por regla general, como se muestra
a continuación, mientras más fina sea la textura del suelo, más lenta será la
permeabilidad:
Arenosos
|
5.0 cm/HR
|
Franco arenosos
|
2.5 cm/HR
|
Franco
|
1.3 cm/HR
|
Franco arcillosos
|
0.8 cm/HR
|
Arcilloso limosos
|
0.25 cm/HR
|
Arcilloso
|
0.05 cm/HR
|
La estructura puede modificar considerablemente las
tasas de permeabilidad mostradas anteriormente de la forma siguiente:
Tipo de estructura
|
Permeabilidad
|
|
Laminar
|
- Gran traslapo
|
De
muy lenta a muy rápida |
- Ligero traslapo
|
||
En bloque
|
||
Prismática
|
||
Granular
|
POROSIDAD
Como consecuencia de la textura y estructura del suelo
tenemos su porosidad, es decir su sistema de espacios vacíos o poros.
Los poros en el suelo se distinguen en: macroscópicos
y microscópicos.
Los primeros son de notables dimensiones, y están
generalmente llenos de aire, en efecto, el agua los atraviesa rápidamente,
impulsada por la fuerza
de la gravedad. Los segundos en cambio
están ocupados en gran parte por agua retenida por las fuerzas capilares.
Los terrenos arenosos son ricos en macro poros,
permitiendo un rápido pasaje del agua, pero tienen una muy baja capacidad de
retener el agua, mientras que los suelos arcillosos son ricos en micro poros, y
pueden manifestar una escasa aeración, pero tienen una elevada capacidad de
retención del agua.
La porosidad puede ser expresada con la relación;
Dónde:
Ve = volumen de espacios vacíos, comprendiendo los que
están ocupados por gases
o líquidos;
V = volumen total de la muestra, comprendiendo
sólidos, líquidos y gases.
La porosidad puede ser determinada por la fórmula:
Dónde:
P = porosidad en porcentaje del volumen total de la
muestra
S = densidad
real del suelo;
Sa = densidad aparente del suelo.
En líneas generales la porosidad varía dentro de los
siguientes límites:
- Suelos ligeros: 30 - 45 %
- Suelos medios: 45 - 55 %
- Suelos pesados: 50 - 65 %
- Suelos turbosos: 75 - 90 %
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