El suelo puede formarse y evolucionar a partir de la mayor parte de los materiales rocosos, siempre que permanezcan en una determinada posición el tiempo suficiente para permitir las anteriores etapas. Se pueden diferenciar:
Suelos autóctonos, formados a partir de la alteración de la roca que tienen debajo.
Suelos alócatenos, formados con materiales provenientes de lugares separados. Son principalmente suelos de fondos de valle cuya matriz mineral procede de la erosión de las laderas.
La formación del suelo es un proceso en el que las rocas se dividen en partículas menores mezclándose con materia orgánica en descomposición.
El lecho rocoso empieza a deshacerse por los ciclos de hielo-deshielo, por la lluvia y por otras fuerzas del entorno:
1. El lecho de roca madre se descompone cada vez en
partículas menores.
2. Los organismos de la zona contribuyen a la formación del
suelo desintegrándolo cuando viven en él y añadiendo materia orgánica tras su muerte.
Al desarrollarse el suelo, se forman capas llamadas horizontes.3. El horizonte A, más próximo a la superficie, suele ser más rico en materia orgánica, mientras que el horizonte C contiene más minerales y sigue pareciéndose a la roca madre. Con el tiempo, el suelo puede llegar a sustentar una cobertura gruesa de vegetación reciclando sus recursos de forma efectiva
4. Cuando el suelo es maduro suele contener un horizonte B,
donde se almacenan los minerales lixiviados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario